La muestra nacional de la nueva dramaturgia comenzó fuera del límite.
El día de ayer 19 de julio en el Museo de la Ciudad dio inicio la Muestra Nacional de la Nueva Dramaturgia Mexicana en la ciudad de Santiago de Querétaro, en el estado del mismo nombre con el estreno de la obra “Fuera de Límites”, de Alejandro Román, texto que ganó el concurso de dramaturgia Manuel Herrera 2010, con la dirección de Román García, y con el trabajo actoral de Niyura Delgado, Karla Blanco, y Mariana Hartasánchez. A la muestra se han dado cita una gran cantidad de teatreros de la republica mexicana, que ya vienen a algún curso, a tener una presentación o simplemente como observador y asistente para descubrir las nuevas tendencias de la dramaturgia de nuestro país, muchos han llegado con sus propios recursos (económicos) y otros apoyados mínimamente.
Maestros de la talla del español Guillermo Heras, con su taller de puesta en escena que se presentará el viernes 22 con una lectura espectáculo y en cual trabaja con cuatro autoras jóvenes mexicanas será esperado; Edgar Chías que coordina el taller de dramaturgia, el taller de actuación que está a cargo del reconocido actor Gerardo Trejoluna, el de crítica teatral con el maestro Fernando de Ita, un taller de producción teatral a cargo del chileno Sebastián Sánchez Amunátegui, y también el taller de traducción teatral impartido por David Ferré, son algunos de los maestros invitados a esta novena muestra de la joven dramaturgia 2011.
Volvamos a la obra que inauguró este importante encuentro teatral-dramatúrgico: “Fuera de Límites”, obra de teatro documental y de investigación en el cual tres personajes tienen una relación altamente comprometedora con la delincuencia organizada y desorganizada. Texto que aborda la violencia que se genera en todo el país, no nada más en las fronteras y donde se ven involucrados los jóvenes engañados por la opulencia estúpida del miedo y el poder que el dinero y la fascinación atrae a muchos. Tres monólogos discursivos que se relacionan temáticamente, pero completamente aislados uno de otro. Una puesta en escena aburrida, tediosa y poca comprometida. Actrices de gran presencia pero desafortunadamente desaprovechadas. Una escenografía espectacular, pero nada practica y diría que hasta incomoda, con zapateó y voz al mismo tiempo que impedía la clara dicción, amén de las fallas de la misma. Un video completamente erróneo (bastante mal realizado) y de sobra, que nada más sirvió para desconcentrar a las actrices y al público. Una iluminación desafortunada sin un diseño y figuras que impactarán y que al contacto del aluminio para de una vez terminar de fregar todo, irradiaba y deslumbraba.
El espacio físico del Museo de la Ciudad es un arma de doble filo, su acústica puede ser a favor y en contra, depende del manejo de la voz y su disparo al vacío. Una estructura temerosa y frágil pra sentarse que los espectadores solventamos con precaución; con zancudos zumbándonos y recordándonos la naturaleza, pero a fin de cuentas eso no es nada, lo importante es el hecho teatral, y que la muestra siga su curso gracias a instituciones y a unos cuantos hombres y mujeres que apuestan por la dramaturgia mexicana, empezemos pues.
Fernando Muñoz.